Los hermanos y hermanas son personas distintas con su propia personalidad. No se han elegido voluntariamente como hermanos, por lo que es normal que a veces encajen muy bien y otras no tanto.
No obstante, además de las propias características como la edad, el sexo o la personalidad, el comportamiento de las madres y los padres tiene una gran influencia en las relaciones entre sus hijos o hijas.
Además, las relaciones entre hermanos y hermanas no permanecen iguales a lo largo del tiempo, sino que cambian conforme padres, madres, hijos e hijas se hacen mayores. Así, hay una primera etapa difícil, la de los celos tras el nacimiento de un hermano o hermana, que puede dejar luego paso a unas relaciones positivas y cálidas durante los años de la infancia. Más tarde, con la llegada a la adolescencia comienza una etapa de importantes cambios en las relaciones familiares que también afectan a las relaciones entre hermanos y hermanas.
Información elaborada a partir de: Programa Forma Joven. Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.