En las familias, padres y madres influyen sobre sus hijos a través de los afectos (lo que los quieren y cómo son capaces de transmitir ese cariño); a través de los comportamientos que exhiben ante ellos (los estilos educativos, las interacciones con sus hijos/as y la organización de la vida cotidiana); y a través de las propias ideas evolutivo-educativas que padres y madres piensan sobre cómo es el desarrollo infantil.
Pero ¿qué son las ideas evolutivo‐educativas? Por decirlo de una manera muy coloquial, cuando nos interesamos por conocer las ideas evolutivo‐educativas de padres y madres estamos tratando de explorar el manual de psicología evolutiva y de la educación que tienen en su cabeza. Es decir, cuáles son sus expectativas sobre el calendario evolutivo (cuándo creen que los niños y niñas son capaces de dominar habilidades diversas); cuáles son sus ideas acerca de las causas y características del proceso evolutivo (¿cómo influyen la herencia y/o el medio sobre diferentes características y procesos psicológicos, como la inteligencia, el lenguaje, la personalidad, etc.?); cuáles son sus ideas acerca de su papel en el desarrollo de sus hijos e hijas y su capacidad de influencia percibida, y cuáles son sus ideas sobre prácticas educativas preferidas, sus actitudes, aspiraciones, valores, etc.
Así, muchos de los comportamientos y las decisiones que padres y madres toman respecto a sus hijos tienen sus raíces en componentes cognitivos; por tanto, de ser así, muchos de las actuaciones de apoyo y ayuda profesional que tienen como destinatarios a los padres y madres deberían abordar también este plano de las ideas evolutivo‐educativas, y no sólo el de las conductas.
Información elaborada a partir de: Apego: Promoción de la Parentalidad Positiva en el Sistema Sanitario Público Andaluz.