La mayoría de los cambios físicos y fisiológicos en el embarazo son debidos a la influencia hormonal que del embarazo se deriva y sirven para adaptar el cuerpo al nuevo estado. Estos cambios se producen en el útero, la vagina, las mamas, la pelvis, el aparato circulatorio, respiratorio y digestivo y la columna.
La ganancia de peso y el tamaño del útero hacen también que el centro de gravedad de la embarazada se desplace, por lo que la posición de la columna se ve alterada y, a su vez, la de las piernas y pies. Esto influye en las posturas habituales y en la forma de caminar.
Y por otro lado, la maternidad genera, en la mujer y en la pareja, cambios psicológicos, sociales, culturales y familiares. Ante la futura llegada de un hijo o una hija, la madre y su pareja o familia inician un período de adaptación mental ante los cambios que van produciéndose y los que quedan por llegar.
Información elaborada a partir de: Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal en Andalucía y Proceso Asistencial de Embarazo, Parto y Puerperio. Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.