A partir de los 18 meses, los niños y niñas de esta edad son poco proclives a las “buenas maneras” a la hora de comer. Su conducta parece “caprichosa” ante los ojos de los adultos. Sin embargo, es completamente normal dado que no tienen mucho apetito, a partir de los 18-24 meses disminuye notablemente la necesidad de energía para el crecimiento, puesto que éste es más lento.
Pero sobre todo explorar personalmente todo lo que tocan, incluida la comida, y también necesitan practicar. Las habilidades no se adquieren de golpe, sino de forma progresiva, seguramente después de varios intentos.
Alimentación infantil: comportamiento frente a la alimentación
Información elaborada a partir de: Plan Integral de Obesidad Infantil de Andalucía y Plan para la Promoción de la Actividad Física y la Alimentación Equilibrada. Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.